GUARDIANES ARMÓNICOS
Cuenta la leyenda que, sobre el caos orbital de la Vía Láctea, rondaban dos guardianes encargados de restablecer el equilibrio de una constelación especial. Gemini Black identificaba las estrellas perdidas dentro de la oscuridad del infinito, mientras se comunicaba con Gemini White para que, con su luz, las guiara a su asterismo, asegurando que su brillo resplandeciera para siempre y su presencia abarcara todos los sentidos, resonando inmortalmente.